¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?

jueves, 23 de enero de 2014

De cómo curar a una persona herida en el alma.

Si me preguntan sobre ti, dibujo una fina e irónica curva en mi cara y suelto un leve suspiro. Hace tiempo que no tengo nada mejor que decir. Y tú, ¿has aprendido ya a ocultar las emociones que provoca mi nombre en ti?
Cuéntales a tus nuevas conquistas por qué tienes la sonrisa rota y el alma jodida. Explícales que nadie te hace ya enfadar hasta sacarte de tus casillas y que, sin saber por qué, lo echas de menos. Quizá sea porque nadie te folla igual después de arañarte los argumentos. Háblales de mí.

Todavía recuerdo las noches empapados en sudor después de comernos con las manos las excusas y pretextos. Esas en las que nos decíamos lo mucho que nos odiábamos y que, joder, estábamos perdiendo el tiempo intentando querernos. Así que decidíamos detenerlo y follar como si no hubiese un mañana, como si el Sol no se fuese a dignar a aparecer por la ventana porque sabía que teníamos muchas cosas que hacernos.
Pero el mundo seguía sin ti y sin mí, y nos obligaba a seguir viviendo por la mañana. Como ahora que ya no estás.

He inventado un montón de razones para auto convencerme de que es mejor que no vuelvas, pero siempre se me rompen por la noche, después de pasarme el día con esa absurda sonrisa cuando escucho tu nombre. Cuando oscurece, me quedo sola y te pienso. Y ahora me escuecen los arañazos que ya no me haces en la espalda. Pero los del alma...esos ya no hay quien tenga valor a repararlos.
Y por eso no te sé olvidar. Porque todavía no ha llegado nadie con los cojones que tuviste tú al enfrentarte a mí, sabiendo que estaba rota y que no buscaba quien me reparase, sino alguien a quien no le importase mirarme cada mañana echa pedazos y decirme lo bonita que era mi sonrisa de dolor.

Quizá es que no haya nadie más en el mundo, con los mismos cortes en el alma que tanto me gustaban de ti.

3 comentarios:

Juan dijo...

Ahora las noches te ahogan. Un misero pensamiento centrado en él provoca que se te corte la respiración. Tu alma rota parece querer escapar.

Sin embargo, tal como él llegó, y no te supo curar, otro que sepa llegará. Porque, ocultos en la banal muchedumbre de la cotidianidad, son muchos los hombres capaces de recomponer una mujer.

Y uno habrá que sepa hacer cicatrizar tu alma. Que te encuentre rota y no se de por vencido hasta verte sonreir de felicidad. El destino lo tiene preparado, pero la vida es tan puta y retorcida que antes de hacerte feliz, te hace tocar fondo.

Anónimo dijo...

¡Grande!,no hay tu follow pero mi respeto hacía ti siempre estará presente.
P.D:Escribe un libro.

Jenn dijo...

Muchas gracias :-)