¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?

domingo, 27 de julio de 2014

Te he vuelto a escribir. Ya ves.

He querido escapar de tu sonrisa y he terminado luchando por vivir en ella. Y te juro que hipotecaría el alma para poder hacerlo. He buscado mil razones para no quererte y siempre encontraba una más para besarte -y perderme en tu boca-. 
He dudado. Y eso es lo más jodido; que sólo pude hacerlo hasta que me miraste, sonreíste y acariciaste mi cara, acercándome a ti. Prometiendo quererme en un mordisco, y hacerlo cada día un poco más despacio. Y mejor.

Y te creí. Te prometo que lo hice. Soñando con tus dedos en mi espalda y mis buenos días en tu boca cada mañana de esa vida que soñé contigo. No sé, vivir diferente; juntos.
He vuelto a escribir(te). Bueno, y a soñar, volar, e incluso rezar a un Dios en el que ni siquiera creo. Y he pensado que debías saberlo.
Y es que joder, llámame cursi, pero sentí que llegabas con un atrapa sueños entre los dedos y te llevabas todos mis miedos y pesadillas. O quizá fui yo, que me confié y creí, me dejé llevar y fui. Sin ti, parece ser. Creyendo en un contigo.

Tú, que me has dado esperanza y ganas de luchar por algo que no ha existido jamás. Ya es jodido eso, ¿eh? que vengas y me des tanto, sin pedirme nada a cambio. Que ya lo has cogido tú solito, ¿verdad?

He trazado un camino hasta mi vida, con los pétalos de la rosa que me regalaste aquella noche -o aquel amanecer, junto a la playa- y si lo sigues, haré de cada oscuridad, intimidad de la noche, dándote algo en lo que pensar cada mañana.
Has curado cada una de mis cicatrices con tus besos en mi clavícula. Y tus hábiles dedos trazando corazones en mi espalda, apartándome el pelo para hacerme tuya en un leve mordisco. Joder, cuánto me gustaba tu aliento en mi piel.

Tus manos en mi cuerpo hablaban de seguridad. Esa que hoy ya no me es familiar y me da tanto miedo. Deseaba decirte que te quería y aquí me tienes, soltando entre dientes un te odio que ni yo soy capaz de creerme. Quizá porque encierra mucho más que lo anterior. Quizá porque no lo siento. No te siento. Y eso quema y me hace arder por dentro...
Esta noche te suplico, te pienso y te añoro en el más profundo de los silencios. En la oscuridad de una noche sin ti. De esas que te atrapan y te hacen sentir solo.

Y el dolor me recuerda lo mucho que te necesito. Con cuánta fuerza te espero.
Vuelve. Sólo eso.




1 comentario:

debbymoreno99 dijo...

Me encanta tu forma de escribir y me encanta lo que escribes!! Sigue así!!,