Alguna vez tus labios fueron míos.

He aprendido que hasta a la más bonita de las historias le llega su final. Y que querer con las entrañas, también tiene su lado negativo. Pero todavía quiero ser explorador y recorrer de norte a sur tu cuerpo. Volverme loco besando cada una de tus extremidades, y acariciar tu piel dejándola totalmente rendida a las yemas de mis dedos. Que sé que alguna vez tus labios fueron míos, y se volvieron locos susurrándole a mi oido lo que querían que pasase, lo que soñaban con hacer. Recuerdo la sensación que recorría mi cuerpo y me hacía estremecer cuando tus muslos se cerraban con cautela, aunque con esa decisión que me hacía tocar el cielo con las manos. Que conozco el sonido exacto de tu voz en diferentes contextos. Mis manos temblaban cuando tus dedos se entrelazaban con los mios, posandose sobre la almohada y dejando tu perfecto cuerpo totalmente a mi disposición. Y tú te abrazabas a mi cuello y reposabas tu cabeza en mi hombro. Luché contra viento y marea para que mi corazón permaneciera en su sitio, y mis ojos no derramaran las lágrimas de satisfacción, (y miedo a la vez), que en ese momento pedían paso. Que una vez más, soñaré con la hermosura de tu cuerpo y esa adicción que una vez, me creó tu saliva.