¿Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar?

viernes, 27 de noviembre de 2009

Tú, ¿quién eres tú?

Olvidar. Que fácil es decirlo. Duele volver al pasado, en busca de algo bueno, y salir de allí con las manos vacías. No esperes que lo haga, porque no puedo. Es inevitable echar la vista atrás en momentos como este. Y sólo permitirme a mí misma una pregunta ; ¿Qué haría él? - es obvio que con una pregunta tan absurda, la respuesta no sea mucho mejor - ¿Qué que haría él? ¿Tú que crees? - vaya, derrochando originalidad.. - Pues él miraría hacia otro lado, como si nada importase. Se fumaría su cigarro ( aunque ahora sus pulmones no se lo permiten ) y se limitaría a hacer comentarios ofensivos, llenos de ira y resentimiento.
Y después de saber esto, dime, ¿qué harías tú?.
Buena pregunta - el rencor se apoderaba de mí - pues yo haría lo mismo que él hizo durante años. Hacerle invisible a mi vista, y dirigirle la palabra tan sólo para hundirlo. Pedir día y noche que fuese ella la que se quede conmigo, en lugar de él. Al fin y al cabo, se lo merece, ¿verdad? No es buena persona. Ni lo es, ni lo ha sido, ni lo será. Y quizá todo lo malo que le pase, es poco. Todo el daño que le causó a ella - maravillosa persona donde las haya, que nunca haría daño a nadie, y daba todo lo que tenía y lo que no - y en consecuencia de ello, el daño que nos causó a todos. No puedes decirme que eres bueno, que tienes miedo. Porque tú no conoces esa palabra. ¿O quizá si? Miedo a que salga todo a la luz, y se demuestre como eres realmente, lo que has hecho en esta vida, y lo que te quedará después de ella. Pero claro, eso no importa, ¿verdad? porque sólo importa que estén a tu lado cuando lo necesitas, aún después de echar la vista atrás para recordar todo esto.
No me pidas algo que no puedo darte, no me pidas que sienta lástima por lo que te suceda, o que deje el miedo a un lado cuando te diriges a mí.

Debería volver a pensar mi respuesta, sin recordar nada de lo que sé. ¿Que haría yo?
No puedo guardar rencor eternamente. Y aunque me muestre fría y fuerte, sé que acabaré sucumbiendo, y me echaré a llorar. Sin esperar que vengas a consolarme - tranquilo, sé que no lo harías - ni pedirte compasión.

Porque al fín y al cabo, eres quien eres ( aunque a veces desee cambiarlo ).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jenns el banner está genial, gracias :)
Tienes 3 puntos.

2 por participación en los villancicos.
1 por enlazarnos a tu blog.

:)

Jenn dijo...

Muchas gracias, guapa!

Ale Vega dijo...

Hola Jennifer!! Me encanta tu blog y más importante la forma en q escribís me parece maravillosa!!! Soy fan de tu blog de ahora en adelante y espero con ansias nuevas entradas!! Un abrazo y me gustaría poder comunicarme contigo! Hasta Luego!

Jenn dijo...

Muchísimas gracias, Alejandro. A mí también me encanta tu manera de escribir, transmites muchísimo. Y por supuesto que estaremos en contacto. Seguiré esperando una nueva entrada tan llena de posibilidades como las tuyas.

Mil besos!